Euromedia ha llegado a un acuerdo con Cremades-Calvo Sotelo Sevilla para ofrecer de forma conjunta servicios integrales de asesoramiento en grandes procesos de restructuración tanto en el sector público como el privado, y cubrir así todas las áreas de gobernanza, gestión, tecnológica, legal, riegos y reputacionales involucradas en fusiones, adquisiciones, implantación en nuevos mercados, diversificación de negocio y lanzamiento de nuevas marcas, reordenación interna, simplificación organizativa, transformación digital o renovación de la identidad.
“Es en la intersección de lo tecnológico, lo jurídico y la comunicación externa e interna donde radica el éxito de cualquier gran proceso de reestructuración tanto en el ámbito público como privado”, explica Francisco José Fernández Romero, socio-director del despacho en Sevilla. Por su parte, para Miguel Ángel Robles, consejero delegado de Euromedia Comunicación, esta alianza representa la “oportunidad de aportar más valor, desde la comunicación, en un contexto económico de gran dinamismo y volatilidad, en el que la propia evolución del mercado obliga a las organizaciones a realizar continuos procesos de reestructuración y transformación para hacerse más competitivas”.
Cremades Calvo-Sotelo y Euromedia Comunicación crearán grupos de trabajo integrados para desarrollar estos procesos en los que trabajarán de forma conjunta especialistas jurídicos, financiero, de riesgos, laboral y recursos humanos, tecnológico, comunicación y branding. “La comunicación es un aspecto central que debe ser considerado al inicio de cualquier gran proceso de transformación, tanto en el sector privado como también en el sector público”, explica Francisco J. Fernández Romero, que añade que un error frecuente es “dejar los aspectos reputacionales al margen y acordarse de ellos sólo cuando surgen los problemas”. “La mejor gestión de una crisis es la que la previene y el mejor control de daños es el que evita los innecesarios”, añade Miguel Angel Robles, que explica que muchos problemas de imagen se producen porque no se han evaluado previamente los riesgos reputacionales de las decisiones.