«Vecino, mitad aliado y mitad rival cuando hablamos de temas económicos. Muchas cosas en común y barreras aún visibles. Consultas cruzadas al máximo nivel y dos monarquías de distinto estatus pero máximo entendimiento. Marruecos está tan cerca como los dos países y el principado propiamente fronterizos. ¿Sabemos qué está pasando más allá del Estrecho? ¿Vemos los cambios que allí se producen? ¿Qué opinión nos merecen? Algo se mueve al otro lado y no está claro que lo estemos percibiendo. Son ya 14 años de encuentros entre profesionales de la comunicación en el Congreso de Periodistas del Estrecho, organizado por la Asociación Marroquí de la Prensa y la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar, y el evento se ha convertido en el foro idóneo para transmitir que algo está cambiando en Marruecos. Una estrategia medida y eficaz. Y algo más que una estrategia: un reflejo de una nueva realidad. Los cambios llegan. Se ven. Otro tema es el ritmo y el calado. Todo llegará. Por convicción o directamente por necesidad, con la Primavera Árabe no tan lejos pero con la premisa de que Marruecos es el país de su entorno mejor conectado con Occidente. Su velada alianza política con Estados Unidos y su evidente conexión comercial con la Unión Europea le convierten desde siempre en un nexo esencial entre el mundo árabe y Occidente, entre el África sahariana y la OCDE.»

Era el momento idóneo, políticamente correcto. Marruecos comunica. ¿Pero qué quiere comunicar, cómo y dónde? En los últimos años suelo viajar a Marruecos como participante en el Congreso de Periodistas del Estrecho. En esta edición por primera vez los miembros de la delegación española nos hemos llevado una impresión diferente sobre Marruecos. Se habló por primera vez con libertad, sin cortapisas entre profesionales y periodistas de una y otra orilla. Y lo más curioso, en aquella otra orilla, en Mdiq- ouad laoau- Chaúen. No fue casual.

Durante más de catorce años ambas asociaciones, la Asociación Marroquí de la Prensa y la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar, han mantenido vivos estos encuentros independientemente del marco político, de los enfrentamientos y malentendidos, en el que se han visto envueltos ambos países. El Congreso se ha convertido en un referente, un foro idóneo, un instrumento de comunicación para reflejar cómo está la realidad del país, de cómo Marruecos está viviendo un progresivo cambio, y de cómo comunicarse con su país vecino. Un lugar de encuentros y relaciones entre las dos orillas.

Bajo el título «El periodista, el político y el asociativo: relaciones posibles para apoyar la transición democrática en las dos orillas», esta edición del Congreso ha pretendido centrarse en compartir las experiencias de ambos países en su transición democrática. En España, después de cerca de cuarenta años, pero un referente cercano en el espacio y el tiempo, y, en Marruecos con una incipiente transición democrática mediante una monarquía constitucional.

Fue interesante la conferencia inaugural, que corrió a cargo del reconocido periodista marroquí Abd el Hamid al Jamahiri, miembro de la directivo política del USFP, quien brilló por su transparencia, por su manifiesta expresión libre. Era la primera vez que escuchaba reconocer públicamente que no existiría en Marruecos una democracia real sin la separación de poderes, “Estamos ante un poder totalitario donde los poderes los concentra la monarquía. Mientras así sea no habrá una real transición democrática”, aseveraba.

La nueva Constitución de Marruecos de 2011 -impulsada por Mohamed VI– ha supuesto aportes significativos como la reducción de los poderes del monarca, el refuerzo del presidente del Gobierno como jefe del poder ejecutivo, y un más amplio reconocimiento de los derechos fundamentales y libertades básicas. Ha traído consigo cambios que tienen cierto reflejo en el país, en el mismo Congreso de Periodistas, con ciertas muestras y gestos, con una libre opinión y pensamiento, con una libertad para comunicar, sin censuras. El escenario, el público para transmitir el cambio en Marruecos, era el idóneo. Más de veinte periodistas de España nos íbamos del Congreso con la idea clara de que en Marruecos las cosas van cambiando. Tienen otro color.

Si bien, como señaló Abd el Hamid en su discurso, el papel del periodista es relevante en el proceso de transición, también lo es el papel del político. Contó la anécdota de la respuesta del presidente del Gobierno marroquí ante la pregunta de la prensa de si prefería la voluntad del pueblo o la confianza del monarca. Y, curiosamente, contestó la confianza del monarca. No era fácil la respuesta, pero tampoco fue la esperada en tiempos de transición.
Tres papeles son fundamentales para el cambio real hacia la democracia: el político, el periodístico y el asociativo. Bien es reconocido que lo que está ocurriendo en Marruecos en gran parte es debido por el Movimiento del 20 de Febrero. El camino de avanzar hacia una monarquía constitucional dependerá en gran medida de la voluntad política, de una prensa libre, y, por supuesto, de la voluntad y capacidad de las organizaciones marroquíes para aprovechar las oportunidades que ofrece la nueva Constitución, que obliga a las autoridades públicas a “cumplir” con la participación ciudadana a través de la formación de consejos consultivos con miembros del movimiento asociativo. En este aspecto, la situación es aún muy embrionaria, aún sin un desarrollo normativo. Periodistas marroquíes del Congreso confiaban en que 2015, año de elecciones, se precipite el desarrollo normativo para la implicación participativa de las asociaciones.

Creo que el objetivo de transmitir el avance del cambio en Marruecos en el Congreso de Periodistas del Estrecho ha sido eficaz. El instrumento, el idóneo, un Congreso con historia, un foro relevante de profesionales de ambas orillas. Con una impresión final nítida, con señales del avance del cambio que se vive Marruecos. Nos veremos en el próximo Congreso; será en esta orilla, en Algeciras. Y parece que será un nuevo encuentro ya sin impresiones y sí con realidades.