La comunicación es una narración, o como se dice ahora un relato, un cuento que no un cuento chino, una fábula de hechos reales sin moraleja, una historia interminable que te tiene que parecer un suspiro, y a la que hay que crearle nuevos capítulos constantemente, porque la función no acaba nunca, y el público pide más, y si no lo pide es que algo estamos haciendo mal, rematadamente mal.

La comunicación es una puesta en escena, y un escenario donde te juegas el aplauso en cada función, y con el aplauso, o los abucheos, o la indiferencia, tu dinero y más que tu dinero, tu credibilidad, tu prestigio, llamemos las cosas por su nombre, tu fama, que en el fondo, fondo, es lo que vamos buscando todos, la gloria, si hay que morir, muramos, pero antes hagamos algo grande.

La comunicación es un ascenso a la gloria, y también un descenso a los infiernos, porque hasta en ellos hay que tener amigos, comunicar es a veces quemarse  y  siempre hacer amigos, hacer amigos en todas partes, y en todas partes charlar con ellos, y aprender, escuchar, tolerar, asumir, aceptar, responder, rebatir, encajar, a veces pegar un poco, pero siempre sin hacer daño, sin levantar la voz, sin ponerse farruco, y sobre todo sin dramatizar, relativizando los elogios y también las críticas, comunicar es ensuciarse, y mezclarse, y enriquecerse en la diferencia, con los ojos y los oídos bien abiertos, los sentidos muy despiertos y la sensibilidad a flor de piel.

La comunicación es una ventana abierta, y viento fresco entrando por ella, una oficina o un piso sin tabiques, es cristal y transparencia, una especie de voyeurismo intelectual, que sacia lo mejor de nosotros mismos, que es un nuestra curiosidad.

La comunicación es un cortejo, y un deslumbramiento, el que te causaron y el que tú intentas causar, la comunicación es estética, y un poco de cosmética también, claro, porque todos mejoramos con un retoque, y la comunicación es vestirte de gala para una gran cita, y hacerte irresistible, pero no para dejar de ser tú sino solo para mostrar tu mejor yo. a comunicación es estética, tiene que serlo, del mismo modo que tiene que ser ética, la comunicación es verdad, y la verdad siempre es bella, y con un pintalabios y unos tacones puede ser arrebatadora. La comunicación no es un disfraz, es diseño, arte, contenido y talento, y un espejo que te dice que ahí fuera no hay Blancanieves, que Blancanieves eres tú.

La comunicación es el espejo que te devuelve la imagen de lo que quieres ser y al mostrártela ya te hace ser más como quieres, la comunicación es lo mejor de ti, tu originalidad multiplicada por la propia comunicación, la comunicación eres tú elevado a ti mismo, es la potencia de tu emprendimiento.