No hay que ser ninguna lumbrera para saber que, con la crisis del papel y el boom de las redes sociales, la vida media de las publicaciones corporativas, que ya era bastante baja hace una década, ha caído por los suelos. Publicar el número diez de una revista corporativa es ya todo un logro. Es cierto que Internet se ha llevado muchas cosas por delante, pero también es cierto que, a pesar de la debacle generalizada, aún hay publicaciones que no sólo se mantienen sino que han reforzado su prestigio como vehículo de comunicación corporativa. En medio del escepticismo generalizado existente en torno a la validez de la revista corporativa como instrumento de difusión de las organizaciones, opino sin embargo que aún hay mucho futuro para ellas cuando el enfoque y los cimientos son los adecuados.

Es, sin duda, el caso de En buena compañía. Se trata de la revista corporativa de Helvetia Seguros, uno de los clientes históricos de Euromedia Comunicación y también, en mi caso, uno de los más queridos. La revista acaba de publicar su número 41. Se dice pronto: más de diez años informando regularmente sobre la actividad de esta compañía aseguradora. Más de diez años dando a conocer, en la práctica, el día a día de una organización, sus logros, sus curiosidades, el aspecto humano de los que la forman. Más de diez años contando la historia de Helvetia Seguros.

No me produce rubor afirmar que En buena compañía está a la cabeza de las revistas corporativas del sector asegurador nacional. Me consta que es una publicación de referencia no sólo dentro del propio grupo, con unidades de negocio en Suiza, Francia, Italia o Alemania, entre otros países, sino también en el sector asegurador español. Y desde luego, es una de las más longevas. Internamente, además, es una publicación muy bien valorada tanto por parte de los empleados como por parte de los colaboradores de la compañía, especialmente los agentes.

La experiencia acumulada en la gestión de un medio corporativo como En buena compañía me permite estar en condiciones de aventurar las claves para la pervivencia y éxito de un medio de comunicación corporativo. Y son las siguientes:

-Implicación activa de la compañía. Desde Helvetia Seguros, en todo momento, a través de su Dirección de Marketing y Responsabilidad Corporativa, han mimado con celo esta publicación, propiciando la implicación de los empleados. Esta implicación queda de manifiesto en un Consejo Editorial, conformado por empleados pertenecientes a distintos departamentos, que se reúne regularmente para proponer y debatir sobre los contenidos de las distintas secciones de la revista. Además, este Consejo Editorial va renovándose cada varios años, incorporando a nuevos empleados, que aportan sus ideas y propuestas. Esto hace que la publicación nunca pierda frescura.

-Implicación de la Dirección. Del Consejo Editorial forma parte el propio Comité de Dirección de la compañía, a través del director de Marketing y Responsabilidad Corporativa, Javier García. Esta implicación otorga al medio la condición de principal fuente informativa cualificada sobre Helvetia Seguros y permite una mayor orientación estratégica de los contenidos abordados.

-Historias corrientes. Una de las claves del acierto de En buena compañía ha sido su capacidad de conexión con los empleados y agentes a través del relato de historias particulares que tienen que ver con su vida cotidiana y su lado más humano. Así, secciones como De cerca, donde en cada número damos a conocer la afición curiosa o singular de algún empleado o agente, o como Un paseo por, en el que los entrevistados ejercen de cicerones turísticos de lugares muy especiales en su vida, se encuentran entre las más seguidas.

-Renovación constante. En sus más de diez años, En buena compañía ha mudado varias veces la piel sin perder nunca su esencia. Atrás quedan, de hecho, varios procesos de fusión e integración, que han sido relatados por el propio medio y que lo han llevado a transformar su propio diseño. Del mismo modo, las secciones han ido cambiando, en un work in progress constante orientado a mejorar la experiencia lectora. Sigue siendo la misma que cuando nació, en julio de 2006, pero a la vez es muy distinta, como la propia compañía y el negocio asegurador.

-Offline y online. En este proceso de constante cambio, uno de los más evidentes y que ha sacudido de manera más determinante el negocio de las publicaciones es la consolidación de Internet y la decadencia del soporte en papel. En buena compañía aún cuenta con una considerable cuota de lectores de un perfil tradicional, pero no renuncia a las bondades de la digitalización, por lo que desde hace varios años se edita tanto en papel como en soporte online, a través de formato PDF.

-No es un panfleto. Para difundir su oferta de productos y servicios, ya están los folletos y otros soportes. Además, es un medio de comunicación para empleados y colaboradores. Lo que no quiere decir que sea un vehículo de “venta interna” sobre las bondades de Helvetia Seguros como organización. Por eso, los contenidos huyen premeditadamente de la autopromoción excesiva, con un tono que, siendo fresco, prescinde de la complacencia y la ampulosidad. Siempre es mejor que los propios empleados, o sobre todo los clientes, hablen bien de nosotros, antes que hablar nosotros mismos de lo buenísimos que somos.

-Calidad. Debería ir lo primero. Porque seguramente sea el aspecto más determinante de todos. Tanto desde el Consejo Editorial como desde Euromedia Comunicación, a lo largo de sus más de diez años de historia, se ha procurado en todo momento mantener altos estándares de calidad tanto en la elaboración de los textos como en sus aspectos gráficos, con un diseño que ha ido variando conforme a las tendencias del mercado y con un estilo periodístico atractivo, pulido y propio de una revista divulgativa de carácter comercial.

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