La pandemia destapa las vergüenzas de la comunicación actual
Por qué se demoraron los mensajes incómodos sobre el riesgo real. Por qué se inventaron comités de expertos y se dificultó el trabajo de los fotógrafos. Por qué las ruedas de prensa estuvieron más cerca de los mítines e incluso del coaching que de la información pura y dura. Por qué se hipertrofió el contenido sensiblero y emocional. Por qué cada intervención del presidente del Gobierno se planteó como un discurso épico para la historia y no como una rendición de cuentas ante la opinión pública... Todo esto ocurrió porque se antepuso el relato a la verdad, el propósito a los hechos, la emoción a la razón.
El viaje inmóvil
En Pérez Valencia hay un un Robinson poeta que convierte su estudio en una isla utopía, y la isla utopía en una nave espacial con la que viajar inmóvil por el universo, y aspirar las estrellas, siendo digno de la belleza que se le entregó de niño, emocionado por la vida en los días luminosos y en los grises, bendecido por todos los dioses a los que rinde culto: el arte, la literatura, el cine, Camus, John Ford y San Francisco Molina que estás en los cielos.
El valor social de la Comunicación
Expresado en forma de dilema: ¿la comunicación corporativa solo sirve a las marcas o también resulta útil para la sociedad? Y si es lo segundo, ¿cuál es exactamente el beneficio que recibe la sociedad de ella?
Palabras usadas como logotipos
En la sociedad de la imagen, donde lo que importa no es ser sino parecer, las propias palabras son también apariencia, marcas más que significados, puro branding, logotipos verbales que se utilizan para blindarse frente a la contradicción y despertar emociones. Despojadas semánticamente de su valor, las palabras ya no son recursos para el engaño, sino en sí mismas falsas: la gran mentira de la vida pública actual.
Rebranding
Es de dominio público que mi marca y yo no trabajamos por intereses meramente mercantiles, sino por un propósito trascendente, que es el de cambiar las reglas del juego (change the rules), aunque no nos pregunten de qué juego se trata, porque no podemos saberlo todo.
Amarillismo emocional: el «lado oscuro» de la comunicación
Había una vieja máxima del periodismo amarillista que decía: "no dejes que la verdad te estropee un buen titular". Los profesionales de la comunicación estamos haciendo nuestra esta máxima reformulada de la siguiente forma: "no dejes que la verdad te estropee un storytelling conmovedor".
La formación de los comunicadores
Ningún alumno de Comunicación debería llegar al ecuador de su grado sin demostrar que conoce la actualidad informativa y sin leer a diario la prensa (en formato papel o digital).
El MOMA te espera
Olvidado por los mismos que no dejaban de llamarlo cuando dirigía la colección de arte de una caja de ahorros, Pérez Valencia se sigue encerrando (el verbo no es gratuito) en su estudio pensando que el MOMA lo espera.
Diez lecciones que los jóvenes comunicadores ya no aprenden de sus mayores
Son diez lecciones que yo mamé en los años en los que aprendí el oficio de la Comunicación. Se me quedaron grabadas a fuego, y será difícil que las desaprenda, entre otras razones porque no quiero desaprenderlas. Son la Enciclopedia de esta profesión ilustrada.
Premios: el deshonor de las relaciones públicas…
Los premios a las campañas de relaciones públicas son el desdoro de la profesión, asimilada ya incluso en esto a la publicidad. No se me ocurre un síntoma más inequívoco de su degradación publicitaria.
El cool manager…
El cool manager, encargado de hacer que las empresas sean irresistiblemente atractivas, tendrá competencias, en vestuario, interiorismo, comunicación, selección y desarrollo de personal y promoción de lifestyle.